Una de las cosas dolorosas de ser psicoterapeuta es ser incapaz de cambiar las circunstancias que se desarrollan en los ninos. En el pasado, hice muchas evaluaciones psicologicas con ninos y a veces los volvia a ver a traves de los anos. Ciertamente, existe mucho abuso y maltrato de niños que nunca llega a la atención de las autoridades, pero la evaluación de estos niños, que estaban en hogares de crianza año tras año, me enseñó mucho sobre nuestro sistema y sobre de la condición humana. Recorde a muchos de estos niños al escribir mi libro. Especificamente, que los problemas que veia en mis clientes adultos, como el trastorno obsesivo-compulsivo, tienen su origen en la infancia, como en los ninos que solia evaluar. Para ilustrar como nuestras experiencias en la ninez moldean y dan forma a nuestra personalidad, me gustaría hablarles de "Elena", una de las niñas que evalué.
Elena tenía cuatro años cuando la vi por primera vez. Ella fue abusada física y sexualmente por uno de los novios de su madre, y su madre no le creeia que esto estaba sucediendo. Cuando Elena comenzó a actuar con otros, las autoridades se involucraron. Su madre la menospreciaba a menudo, y lo hacía delante de los demás. El novio actual la maldecia, la insultaba, y se puso a llorar de rabias alcohólicas que eran impredecibles. Había sido físicamente abusivo, pero cuando empezó a abusar sexualmente de ella, Elena se asustó cada vez más. Permaneció en casa durante varios años mientras se proporcionaban servicios a la madre y el novio se mudaba, pero había otros novios y a menudo se quedaba sola en la casa, sin comida ni apoyo de ningún tipo. Elena recibió terapia, pero el resultado fue mínimo ya que su madre no cooperó. Cuando Elena lloraba o le decía a su madre que tenía miedo de la oscuridad y de estar en su habitación, su madre se reía y se burlaba de ella.
Elena tenía cuatro años cuando la vi por primera vez. Ella fue abusada física y sexualmente por uno de los novios de su madre, y su madre no le creeia que esto estaba sucediendo. Cuando Elena comenzó a actuar con otros, las autoridades se involucraron. Su madre la menospreciaba a menudo, y lo hacía delante de los demás. El novio actual la maldecia, la insultaba, y se puso a llorar de rabias alcohólicas que eran impredecibles. Había sido físicamente abusivo, pero cuando empezó a abusar sexualmente de ella, Elena se asustó cada vez más. Permaneció en casa durante varios años mientras se proporcionaban servicios a la madre y el novio se mudaba, pero había otros novios y a menudo se quedaba sola en la casa, sin comida ni apoyo de ningún tipo. Elena recibió terapia, pero el resultado fue mínimo ya que su madre no cooperó. Cuando Elena lloraba o le decía a su madre que tenía miedo de la oscuridad y de estar en su habitación, su madre se reía y se burlaba de ella.